Pasó el tiempo y tan sólo hace un mes decidió de nuevo tomar riendas en el asunto y finalmente pude unirme a ese equipo de redacción. Un poco indeciso ante la idea de publicar le pregunté sobre que podría escribir para empezar, como quien dice “para romper el hielo”. El sólo me respondió: se tú mismo. Entre tanto pensar y pensar estos últimos días y teniendo en cuenta publicar algo dedicado a la tecnología, el cual es mi tema principal dentro de ese templo, decidí desviarme un poco de la temática para hablar de los informáticos. Esas personas que la gente ve con aspecto extraño la mayoría de las veces y que el mismo 99% de la veces esperan que les solucionen TODOS sus problemas. La razón de este tema surge ya que cómo informático de profesión me ha tocado vivir desde cerca la incredulidad y presión de la gente ante de la solución de un problema el cual a veces nos toma más tiempo del que debe.
Me he dado cuenta con el tiempo que ellos piensas que por el hecho de pasar nuestro tiempo frente a una computadora indagando en cualquier cosa, nos imaginan como superrobots con todas las respuestas y alternativas a sus inconvenientes, pero realmente no siempre es así, de hecho no creo que lo sea, pues el mundo de la informática a veces suele ser extrañamente incierto y por ende lo que aplica para un proceso probablemente no lo haga para otro, ciertamente no toman en cuenta que el informático, como cualquier otra persona en su mayor descripción, tiene una vida y obligaciones. Y no es una cuestión que yo imponga o por la cual yo sólo este protestando, la cuestión viene desde las propias empresas o instituciones en dónde el departamento de informática siempre está situado en la última cadena del organigrama y del cual irónicamente casi todos dependen.
Siendo verdaderamente justos deberíamos ocupar un lugar mas accesible como los de la alta gerencia pero desdichadamente no siempre es así. ¡Pero no se apresuren! Algún día nos revelaremos contra ustedes usuarios y se verán en grandes problemas, entre risas, como me dijo una vez el mismo amigo y co-fundador de este blog: los buenos nunca van al cielo, y desdichadamente los informáticos parece que tampoco.
Saludos y hasta pronto!